Aunque parezcan disciplinas completamente extrañas entre sí, “la ética y la
informática son dos campos de investigación que no están reñidos; todo lo
contrario, la ética corta transversalmente todos los aspectos de nuestra vida,
entre ellos la informática”, explican los autores del estudio, Gonzalo Génova y
Anabel Fraga, del departamento de Informática de la Universidad Carlos III de
Madrid. Además, según su investigación, la ética no limita a la propia
libertad, sino que “es el modo en que nos hacemos dueños de nosotros mismo y
logramos un crecimiento personal”, apunta M. Rosario González, de la
Universidad Complutense de Madrid, coautora del estudio.
Según el estudio, existen dos corrientes diferenciadas de pensamiento ético
que pueden aplicarse en la informática: por un lado el consecuencialismo, en el
que la bondad de una acción reside en sus consecuencias; y por otro, el
deontologismo, según el cual una acción es correcta o incorrecta en sí misma,
con independencia de las consecuencias que se deriven. Según explican, “el
debate adopta con demasiada frecuencia tintes caricaturescos: se presenta a los
primeros como fanáticos y a los segundos como gente sin escrúpulos, porque así
es más fácil ridiculizarlos desde el campo opuesto”. En cualquier caso, los
científicos de la Universidad madrileña han llegado a la conclusión de que sin
una sólida educación ética específica de la profesión, el ingeniero “se
convierte en un mero instrumento técnico despersonalizado y en manos de otros”.
Un pensamiento ético propio
Las nuevas titulaciones de Grado en Informática, que han entrado en vigor
en esta Universidad madrileña, suponen un avance porque adoptan un enfoque
transversal de los aspectos de ética profesional. No obstante, explican, “el
tema es suficientemente importante como para merecer un tratamiento intelectual
específico y riguroso; por tanto el enfoque transversal, que es imprescindible,
debería combinarse con una asignatura específica”.
Los profesores de ética profesional a los informáticos suelen enfrentarse a
dos prejuicios entre sus alumnos. Por un lado “piensan que sobre la ética todo
es cuestión de opinión” y, por otro, “creen que la ética profesional consiste
en prohibiciones o barreras”, explican. Sin embargo, su punto de vista difiere
de estos estereotipos, y afirman que la ética es algo básicamente positivo y
creativo, que busca nuevas formas de hacer el bien.
El estudio, realizado por Gonzalo Génova y Anabel Fraga, de la Universidad
Carlos III de Madrid, junto con la profesora de la Universidad Complutense de
Madrid, M. Rosario González, y titulado “Educación ética en ingeniería del
software: responsabilidad en la producción de sistemas complejos” ha sido
publicado recientemente en la revista “Science and Engineering Ethics”.
Para más
información, revisar el siguiente enlace: http://www.ie.inf.uc3m.es/grupo/docencia/reglada/Is1y2/Is1/ResponsabilidadIS.pdf
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